Visita a La Roque-Gageac
La Roque-Gageac, clasificado entre los Pueblos Más Bonitos de Francia, es un encantador pueblo de la Dordoña, situado al pie de un acantilado con vistas al río. Famoso por sus casas trogloditas y sus monumentos históricos como el Castillo de la Malartrie y el Manoir de Tarde, ofrece una combinación única de patrimonio y belleza natural.
Lydia Navarro
9/24/20242 min leer
La Roque-Gageac: Un pueblo emblemático de la Dordoña
Situado en las orillas de la Dordoña y al pie de un majestuoso acantilado, La Roque-Gageac es un pueblo que no deja a nadie indiferente. Clasificado entre los Pueblos Más Bonitos de Francia, este lugar, que alguna vez fue residencia de los obispos de Sarlat, es hoy un destino imprescindible para los amantes del patrimonio y la naturaleza.
Las casas trogloditas, un legado único
Una de las primeras cosas que impactan al visitante al llegar a La Roque-Gageac es la arquitectura única de sus casas trogloditas. Estas viviendas, excavadas directamente en la roca caliza del acantilado, ofrecen un espectáculo impresionante. Son un testimonio de la adaptación del hombre a su entorno y de la rica historia del pueblo. En otro tiempo, estas casas servían no solo como hogares, sino también como fortificaciones debido a su posición elevada y de difícil acceso. Hoy en día, algunas de estas casas todavía están habitadas, y su encanto pintoresco las convierte en una de las joyas arquitectónicas de La Roque-Gageac.
El Castillo de la Malartrie
Otro monumento que atrae todas las miradas es el magnífico Castillo de la Malartrie. Ubicado en los límites del pueblo, este castillo de estilo neogótico data del siglo XIX, aunque se alza en el sitio de una antigua fortaleza medieval. El castillo parece literalmente surgir del acantilado, con sus elegantes torres que dominan las tranquilas aguas del Dordoña. Hoy en día, aunque es una propiedad privada, se puede admirar su impresionante arquitectura desde el río o durante paseos en gabarras, esos barcos tradicionales que antiguamente transportaban mercancías por la Dordoña.
El Manoir de Tarde
Dominando el pueblo, el Manoir de Tarde es una de las construcciones más emblemáticas de La Roque-Gageac. Esta residencia histórica del siglo XVI perteneció a Jean Tarde, un famoso canónigo, astrónomo e historiador del Périgord. El manoir, con sus ventanas ajimezadas y su elegancia rústica, es un ejemplo perfecto de la arquitectura renacentista en la Dordoña. Desde sus jardines, se puede disfrutar de una vista impresionante del valle de la Dordoña, un panorama que refleja la belleza intemporal de la región.
El fuerte troglodita
Otro vestigio fascinante de La Roque-Gageac es su fuerte troglodita. Ubicado en el acantilado, este fuerte es un testimonio de la importancia defensiva del pueblo en la Edad Media. Accesible por una empinada escalera, el fuerte ofrece una vista espectacular del pueblo, el río y los alrededores. Durante siglos, sirvió como refugio contra las invasiones y los ataques. Hoy en día, aunque parcialmente en ruinas, sigue siendo un sitio imperdible para los amantes de la historia.
El encanto de las callejuelas y los jardines exóticos
Además de sus notables monumentos, La Roque-Gageac encanta con sus callejuelas empedradas y sus exuberantes jardines. Gracias a su exposición al sur, el pueblo disfruta de un microclima que permite que prosperen plantas exóticas. Palmeras, bananos y plantas mediterráneas bordean las estrechas callejuelas, dando al pueblo una inesperada atmósfera tropical en pleno corazón del Périgord.
La Roque-Gageac es un verdadero tesoro de belleza e historia, donde cada rincón cuenta una nueva historia. Ya sea para admirar las casas trogloditas, visitar los monumentos emblemáticos como el Castillo de la Malartrie o el Manoir de Tarde, o simplemente perderse en las soleadas callejuelas, este pueblo cautivará a los amantes de la historia y los paisajes pintorescos.
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